SITUACIÓN: Altzarrate Kalea, Llodio (Laudio), Álava. >>Abrir en GOOGLE MAPS
FECHAS: concurso (2019)
PROMOTOR: Ayuntamiento de Llodio
ARQUITECTOS: Estudio Carbajal (José Antonio Carbajal Navarro, Nicolás Carbajal Ballell y Rodrigo Carbajal Ballell) en asociación con VAUMM Arquitectura y Urbanismo (Marta Álvarez Pastor, Iñigo García Odiaga, Jon Muniategiandikoetxea Markiegi, Javier Ubillos Pernaut y Tomás Valenciano Tamayo)
COLABORADORES: Fernando Moreno Humanes (Arquitecto), Julen Rozas Elizalde (Aparejador), Javier Bergara (Equipamiento escénico), Jorge Arbella (Ingeniería acústica), Iñaki Goikoetxea (Estudiante), Sara Truelsen (Estudiante), Javier Corrochano Rubio (Estudiante), Ginés García González (Estudiante) y Lorena Tirador Díaz (Estudiante)
El proyecto trata de contener su volumetría y concentrarla sobre la avenida para reducir la afección visual sobre los edificios residenciales. Del mismo modo y evitando ofrecer planos frontales -necesariamente de gran dimensión- que limiten las vistas de estas viviendas, el volumen ha sido modelado de forma que envuelva de forma estricta los espacios interiores y se presente siempre a través de superficies fluidas que generen relaciones visuales más amplias y dinámicas.
El volumen es por funcionalidad hermético, con una fachada plana y ciega, ello sirve para potenciar la idea de una pieza autónoma, abstracta y contundente, un elemento que destaca sobre el telón de fondo de los edificios que le rodean, volúmenes prismáticos de líneas rectas.
Por su posición elevada y próxima al trazado ferroviario, será visible para los usuarios que diariamente utilizan el tren convirtiéndose en uno de esos edificios que no solo son hitos urbanos y forman parte de los referentes locales sino que permanecen en la memoria de los viajeros anónimos que lo asocian con un lugar y lo llevan consigo en su recuerdo.
Además de la lógica y adecuada organización de cada uno de sus espacios, el hacer posible un nuevo orden en las condiciones del lugar, más eficaz desde el punto de vista urbano y más amable desde una óptica social, ha sido una de las intenciones básicas del proyecto. Se trata de una pieza arquitectónica que interrelaciona con el espacio público, se complementa con él atendiendo a los condicionantes de proximidad a las edificaciones, fuerte pendiente de la rasante de la calle, existencia de medianería en dos de sus lados o falta de continuidad del viario peatonal desarrollado en el interior de la manzana definida por las calles Villosa Hiribidea, San Martín y Altzarrate con operaciones como el alinear el volumen de la escena con la edificación vecina al SE, alejándola de la situada al NE y manteniendo así el ancho de la calle peatonal creando una escalera pública a sus espaldas que permita comunicar el trazado de las calles mencionadas con la avenida. O la del café cultural que pretende dar vida a la plaza pudiéndose extender sobre ella con veladores y ser también ¿por qué no? un lugar de encuentro relacionado con la vida cultural de Llodio, una pieza en cierta forma autónoma que disfruta de vistas hacia el patio ajardinado y hacia la plaza a través de sus amplias cristaleras, y que da más sentido al graderío existente.