COLONIA PARA LA INVESTIGACIÓN JUNTO AL SALTO DEL JÁNDULA

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SITUACIÓN: Presa del Salto del Jándula, Andújar, Jaén. >>Abrir en GOOGLE MAPS
FECHAS: tesis doctoral (2015)
ARQUITECTO: Nicolás Carbajal Ballell

Este proyecto en la Sierra de Andújar, en un paraje conocido como el Cerro de La Lancha junto a La Charca del Fraile, es producto de una investigación doctoral que indaga en la naturaleza del paisaje en el que se establece una presa, en su transformación bajo el influjo de la técnica. Se desarrolla junto a la del Salto del Jándula, construida en el siglo pasado y obra del arquitecto Casto Fernández- Shaw y los ingenieros Carlos Mendoza y Antonio del Águila Rada entre otros. El análisis de los factores que atañen a esos proyectos territoriales, desde los ambientales pasando por los sociológicos, económicos o estratégicos, hasta los propios de su hecho constructivo, es indagar acerca de la materialización de un paisaje artificial o con mayor precisión, acerca de la construcción de un paisaje. El objetivo de la investigación era evidenciar que en esta empresa convergen la Técnica y el Arte.
Esta es una propuesta arquitectónica que trata de recuperar valores de aquella magnífica obra -presa y embalse- y explora la posibilidad de apuntar otros sugeridos por el lugar y las nuevas necesidades. Al respecto del paisaje desarrolla la idea de su entendimiento ligado al sujeto, a la conciencia individual, cuestionando su asimilación a conceptos ambientales como ecosistemas y términos científicos derivados, aproximándose a sus particularidades y sosteniendo como posible una lectura positiva de los mismos.
Para ello fue necesario la recopilación de la documentación original dispersa y la restitución gráfica de la presa y detalles de su central hidroeléctrica con los que comprobar diferencias entre lo proyectado y lo construido, incluso entre lo reflejado en la planimetría reciente y la realidad, corrigiendo errores en la documentación gráfica existente o añadiendo detalles importantes como los aparejos con sus diferentes labras y tamaños. También de los restos conservados del Poblado de La Lancha en su estado actual y la restitución del que fue su trazado y particular organización y de las edificaciones, plataformas o depósitos que se construyeron en aquellas laderas para llevar a cabo las obras. Con ello ha sido posible elaborar unos dibujos sintéticos que tratan de mostrar de un lado la inserción de la presa en su entorno topográfico y de otro la complejidad de los espacios que constituyen la central en su conjunto habitualmente representados por la sección transversal en el eje, ciertamente su sección más significativa.
Se propone una serie de intervenciones, actuaciones discretas como sendas y sencillos miradores sobre el paisaje que permitieran su contemplación, la reconstrucción parcial del Poblado de La Lancha para su utilización como lugar propicio para el conocimiento de la naturaleza o la recuperación de las interesantes huellas dejadas por las instalaciones auxiliares durante la que fue su ejecución. Estas operaciones se concretan bajo los siguientes objetivos y principios de actuación:
Reconocimiento del área de actuación
El paisaje próximo a la presa y las construcciones y espacios relacionados con él y la consideración implícita de escalas diversas.
Proposición de una estrategia
Consecuente con las necesidades y posibilidades reales. En ese sentido se plantea su realización por fases sucesivas. En un primer momento habrían de abordarse las actuaciones de rehabilitación, restauración y adaptación sugeridas en la presa. También la recuperación de sendas que recorren ese entorno -en especial la del camino de descenso a la central hidroeléctrica- y la creación de los lugares de observación. Miradores que podrían ser simples superficies de piedra acomodadas entre las rocas, usando estas como asiento, como apoyatura, buscando la protección y la sombra en los elementos naturales y la vegetación, evitando construir o añadir elementos innecesarios para el fin perseguido que no es otro que la contemplación de aquella obra.
En estos espacios que son hoy centro de atracción de actividades relacionadas con el ocio en la naturaleza habrían de considerarse rutas de senderismo que no sólo recorrieran ese itinerario entre los puntos de observación privilegiados sino también las canteras, los vestigios de las instalaciones auxiliares o las líneas eléctricas -cuyos magníficos postes de hormigón requieren de una pronta restauración-, lugares singulares como el pequeño altar de la Virgen en la cima del asentamiento, e incluso, la creación de líneas de escalada sobre las imponentes paredes de la cantera principal. Si estas sendas se imaginan como el simple surco que dibujan de las pisadas, el de descenso hasta el pie de la presa requiere en cambio de una propuesta arquitectónica que trace escaleras y proteja -por su fuerte pendiente- de riesgos el descenso y plantee al tiempo la puesta en valor de las grandes tolvas y plataformas que aún se conservan y podrían visitarse en su trayecto.
Ocupar frente a edificar
En una segunda fase afrontar la reconstrucción progresiva de los pabellones del Poblado de La Lancha como colonia vinculada a la formación y la investigación, un plan que se desarrollara en tiempos según las necesidades que se fueran generando en el futuro.
La rehabilitación de los pabellones que fueron ocupados por los técnicos cualificados se destinaría a usos docentes conviviendo en el tiempo con los que aún permanecen ocupados por viviendas en tanto puedan ser trasladadas a las que se recuperarán colina arriba. Su tamaño y su ubicación los hacen adecuados para albergar aulas y otros usos relacionados.
El conjunto que se destinó a los obreros sería reconstruido en cambio para alojar a estudiantes y docentes en cursos de verano e investigadores que por temporadas acudieran al Parque Natural. Comenzando por rehabilitar las ruinas de los más alejados, los situados al otro lado de la gran explanada surgida tras la demolición que se realizó para trazar el colector de agua años atrás. Conformando el ámbito del tapiz de la intervención y avanzando en la recuperación de sus pabellones con el tiempo y en dirección hacia el núcleo consolidado sobre la plataforma. Obligando a sus ocupantes a cruzar esa cicatriz que dejó el derribo y más abajo entre las ruinas existentes en tanto se rehabilitan y vivir así la experiencia del recuerdo de aquel lugar. Una propuesta que se planteara como la introducción en estos pabellones de un mobiliario, sin tabiquería, una obra en seco, revistiendo con paneles de madera teñida sólo el espacio interior en dos de sus lados para poder alojar cableado eléctrico y conductos agua, recercando únicamente los huecos de manera que puedan colocarse nuevas carpinterías y dejando visto el aparejo rústico de piedra ahora encalado. Sus cubiertas resueltas con unas sencillas armaduras de madera y paneles sándwich que ofrezcan el aislamiento necesario. Se han desarrollado varios tipos que atiendan las distintas necesidades de los usuarios y entre ellos se pretende recuperar los pequeños canales que conducían las numerosas escorrentías del terreno. Los grupos de aseo se han concentrado con el fin de minorar el impacto de las aguas sucias pero también para acentuar la conciencia y vivencia del lugar de sus moradores.
Una alfombra tendida en un campamento
En este ámbito del poblado se plantea como importante el mantenimiento del gran espacio surgido tras los derribos. La aparición de este vacío permite establecer una relación directa entre un primer punto de observación de la cola del embalse (junto a la carretera de acceso y en la falda oriental del cerro) y la visión de la presa en su extremo opuesto. Su consideración como campo de la colonia, parece una oportunidad.
Su lectura vendría afianzada por la existencia de este eje virtual que relaciona ese particular paisaje inundado y su desencadenante aguas abajo, el efecto (la presa) con la causa (el embalse), una visión al unísono que veta la interposición del poblado en el cerro de La Lancha. Vacío que manifiesta los rasgos topográficos del lugar con su acusada pendiente y atraviesa el poblado mostrándonos testimonios de la presencia antrópica en el medio natural. Requeriría únicamente del simple desbroce periódico de su superficie y actuaría asimismo como cortafuego dado el peligro potencial que estos nuevos usos generan. Una alfombra natural en aquel campamento que congregara a la comunidad y albergara actividades multitudinarias o lecciones al aire libre
Nueva topografía
Por último abordar una construcción que pueda albergar la exposición de documentos y objetos relacionados con la obra y explique su vinculación con el paisaje. Este centro de interpretación y recepción de visitantes sería esencialmente una gran sala cuya cubierta se ofrece como atalaya en el paisaje. Concebido como elemento de la topografía se recorre entre las rocas y como ocurre en el embalse, desde el plano superior -que en aquel es el de la superficie del agua-, se ha de descender para sumergirse en los secretos de la obra.
Acción en el Paisaje
Como intervención final se plantea recuperar a modo de tributo esa maravillosa idea que planteaba Casto Fernández-Shaw en su Monumento a la Civilización, aquella idea por la cual un halo de luz proyectado hacia las estrellas se convertiría en un homenaje a la Humanidad, a sus logros «Sería un canto a las Victorias alcanzadas por el hombre sobre la Naturaleza. A las Grandes Conquistas de la Idea, vencedoras del Tiempo y de la Muerte. A la transformación de la Energía» decía, pero también un reconocimiento a su conciencia trascendente «Por la noche, al apagar las ciudades sus luces, cuando la Humanidad reza, entonces, de la cúspide de los pilones, surgirían haces verticales de luz que irían a la Bóveda del cielo. Después de vencer, la criatura eleva su espíritu transformado en luz al Creador. La Ciencia y la Poesía se unen. »
Aguas abajo, más allá del torno del río, oculto tras el cerro y en su margen izquierda, se ubicaría una pequeña instalación enterrada, disimulada, que albergara los potentes proyectores y lanzaría su haz de luz periódicamente al firmamento, un efecto mágico en la oscuridad absoluta de la sierra. Allí y entonces, todos los seres sin excepción mostrarían su extrañeza y aceptarían su limitación y vulnerabilidad, los hombres además comprenderíamos nuestro poder y nuestra responsabilidad.
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